Ningún viaje a París está completo sin una visita a este emblemático monumento. Puede subir en ascensor hasta la cima para disfrutar de unas vistas impresionantes de la ciudad o disfrutar de un picnic en el cercano parque Champ de Mars.
Hogar de miles de obras de arte, entre ellas la Mona Lisa y la Venus de Milo, el Louvre es una visita obligada para los amantes del arte. Es uno de los museos más grandes y famosos del mundo.
Esta obra maestra gótica no sólo es una maravilla arquitectónica, sino que también ofrece hermosas vistas desde sus torres. Aunque actualmente está en restauración, aún se puede admirar el exterior.
Situado en una impresionante estación de ferrocarril Beaux-Arts, este museo alberga una extensa colección de obras maestras impresionistas y postimpresionistas de artistas como Monet, Van Gogh y Degas.
Explore las encantadoras calles de Montmartre, conocidas por su historia artística, y visite la hermosa Basílica del Sacré-Cœur para disfrutar de unas vistas panorámicas de París.
Disfrute de un tranquilo crucero en barco por el río Sena para contemplar desde el agua muchos de los lugares emblemáticos de París, como la Torre Eiffel, Notre-Dame y el Museo de Orsay.
Pasee por esta famosa avenida, repleta de tiendas y cafés, hasta llegar al majestuoso Arco del Triunfo, que rinde homenaje a los que lucharon y murieron por Francia.
A las afueras de París, el opulento Palacio de Versalles es Patrimonio Mundial de la UNESCO, conocido por sus impresionantes jardines y el Salón de los Espejos.
Explore esta zona histórica conocida por su ambiente vibrante, su vida estudiantil y lugares emblemáticos como el Panteón y los Jardines de Luxemburgo.